La importancia de las redes de telecomunicaciones y de los medios de comunicación de masas en nuestro mundo globalizado queda fuera de toda duda. Su evolución, limitaciones y avances a lo largo de la historia han ido de la mano de la electrónica.
La importancia de las redes de telecomunicaciones y de los medios de comunicación de masas en nuestro mundo globalizado queda fuera de toda duda. Su evolución, limitaciones y avances a lo largo de la historia han ido de la mano de la electrónica.
La importancia de las redes de telecomunicaciones y de los medios de comunicación de masas en nuestro mundo globalizado queda fuera de toda duda. Su evolución, limitaciones y avances a lo largo de la historia han ido de la mano de la electrónica.
El mundo experimentó grandes cambios a partir de la revolución industrial y surgió la necesidad de comunicarse de forma rápida a larga distancia. Gracias a los avances en el conocimiento de la electricidad y el magnetismo, en 1844 aparaece la primera red instantánea y mundial de telecomunicaciones, el telégrafo eléctrico basado en el código Morse. A partir de entonces comienzan a multiplicarse las líneas telegráficas terrestres y submarinas por todo el mundo.
Se inicia en ese momento una carrera para poder transmitir la voz humana y el sonido en general a través del cable, que culminaría con la invención del teléfono en 1876. La necesidad de extender el alcance de las líneas telefónicas, y por tanto de amplificar las señales eléctricas, fue el germen para el nacimiento de nuevos dispositivos como las válvulas de vacío a principios del siglo XX y de una nueva ciencia, la electrónica.
A finales del siglo XIX se buscaban también métodos de comunicación sin necesidad de un cable que uniese a emisor y receptor. Gracias al trabajo previo de Tesla, Popov, Hertz o Marconi, se pudieron transmitir sonidos a través de las ondas: había nacido la radio, que pronto se convertiría en el primer medio de comunicación de masas de alcance mundial. Para posibilitar su desarrollo fueron imprescindibles componentes electrónicos como los detectores de cristal de galena o las válvulas de vacío. Transformar sonidos en señales eléctricas era relativamente sencillo gracias a los micrófonos, pero hacer lo mismo con imágenes era un proceso más complejo. En los años 20 surgen los primeros modelos de televisión basados en discos mecánicos. Pronto serían superados gracias al invento de Farnsworth, que en 1929 consiguió desarrollar un sistema completamente electrónico de captación y emisión de imágenes a distancia
Todas estas invenciones iban a sufrir una segunda revolución con la invención del transistor en 1947 (electrónica basada en semiconductores), que hizo posible el fabricar circuitos y dispositivos con tamaño muy inferior, costes reducidos y mayor eficiencia energética, pudiendo incluso funcionar alimentados por una simple pila. Aparecieron las primeras radios de «bolsillo» de transistores, que causaron furor a fines de la década de los 50. Tal ha sido su importancia que la palabra “transistor”, que se refiere al dispositivo electrónico, acabó dando nombre al propio aparato receptor de radio. Los avances en los registros sonoros magnéticos, como el casete compacto que popularizó Philips, permitió la llegada de los reproductores de sonido portátiles, como el Walkman en 1979, el Discman con almacenamiento digital en Compact Disc (CD), el mp3, etc. También la imagen se benefició del uso de dispositivos semiconductores, con la aparición de las cámaras digitales o la reducción notable del volumen de la televisión, cambiando completamente su fisonomía con el uso de cristales líquidos y transistores de película delgada, que hicieron posible las pantallas planas y su incremento de tamaño.
El desarrollo de la tecnología de circuitos integrados, como los microprocesadores, a partir de los años 60 y 70 hasta nuestros días, junto con los avances en la codificación y transmisión de datos, permitieron el desarrollo de las comunicaciones vía satélite, la aparición de internet -antigua ARPANET- (1969), el correo electrónico (1971), los ordenadores personales y las redes informáticas. La World Wide Web (red informática mundial), tal y como la conocemos hoy, es posible gracias al transporte digital de datos basado en líneas de fibra óptica de gran capacidad y servidores de gran potencia, donde la presencia de los dispositivos semiconductores es ubicua.
En las últimas décadas se ha producido una gran revolución asociada a la comunicación móvil, desde los primeros teléfonos portátiles instalados en los automóviles hasta los actuales teléfonos inteligentes 4G.
La red móvil de la próxima generación, 5G, que debutará en 2020 con velocidades hasta 100 veces superiores y con mayor número de dispositivos conectados, será el soporte de la llamada internet de las cosas (IoT, Internet of Things), que cambiará nuestra forma de interactuar con el mundo.
En las últimas décadas se ha producido una gran revolución asociada a la comunicación móvil, desde los primeros teléfonos portátiles instalados en los automóviles hasta los actuales teléfonos inteligentes 4G.
La red móvil de la próxima generación, 5G, que debutará en 2020 con velocidades hasta 100 veces superiores y con mayor número de dispositivos conectados, será el soporte de la llamada internet de las cosas (IoT, Internet of Things), que cambiará nuestra forma de interactuar con el mundo.